El 30 de enero el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) publicó una interesante decisión (C-307/18) en el ámbito de las patentes y el derecho de la competencia, en concreto, acerca de los acuerdos que en ocasiones establecen las farmaceuticas para retrasar la entrada de genéricos en el mercado (acuerdos pay-for-delay, en inglés).
El caso fue remitido al TJUE por el Tribunal de Apelación de Competencia del Reino Unido, a quien se le asignó la tarea de decidir si la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido había multado legalmente a los fabricantes de medicamentos genéricos y a la compañía farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) por haber llegado a un acuerdo según el cual GSK ofrecía pagos a cambio de abstenerse de ingresar al mercado con sus propios productos genéricos. En este caso concreto, GSK intentaba con estos acuerdos proteger el lucrativo mercado del antidepresivo paroxetina.
Esta decisión confirma que este tipo de acuerdos son contrarios a la libre competencia. Por un lado, se considera que todo fabricante de genéricos al que se le ofrece este tipo de acuerdo es un competidor potencial de la farmacéutica originaria de la patente, y que los pagos tenían como objeto restringir la competencia.
Esta decisión refleja la postura dela Comisión Europea así que no es sorpresiva, aunque sí importante porque es la primera vez que el TJUE se manifiesta al respecto. El TJUE tendrá que pronunciarse sobre otros dos casos que se ocupan de acuerdos de liquidación de patentes. El primer caso involucra a la danesa Lundbeck (C-591/16 P) y el segundo caso a la francesa Servier (C-201/19 P y C-176/19 P).
Las empresas farmacéuticas dedican una gran cantidad de tiempo y recursos en investigar nuevos medicamentos, que posteriormente pueden explotar en exclusiva durante veinte años gracias a los derechos de patente. Pasado este periodo, la invención pasa al dominio público y puede ser desarrollada por fabricantes de genéricos. Esto tiene como consecuencia necesaria una radical bajada del precio de los medicamentos, lo cual es beneficioso tanto para los pacientes y como para los sistemas nacionales de salud. Es por ello que la materia farmacéutica es una de las más controvertidas y suele hallarse bajo intenso escrutinio tanto del público como de las autoridades, no solo sanitarias, sino de la competencia, como ha sido en este caso.
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